Las
primeras palabras de esta carta, de forma obligada, quiero que estén dirigidas a todas aquellas personas
que, de forma pública o privada, me
habéis mostrado vuestra confianza, trasladándome fuerza en las últimas semanas
y, de forma particular, en las últimas horas, tras hacerse pública la
resolución de las candidaturas presentadas y la invalidez de una de ellas. Como
persona, no han sido momentos fáciles, muy al contrario, por eso, sentir el
apoyo de tantos y tantos compañeros, ha sido para mí un auténtico contrafuerte
emocional que, de nuevo, agradezco desde la profundidad de mis sentimientos.
Artículos 48 y 49 de los Estatutos del ICPFA |
Igualdad
también ante unas elecciones, faltaría más. Y conviene que tengáis en cuenta
que en el momento que se anuncia “convocatoria de elecciones”, la Junta de Gobierno está en funciones, y no puede
tomar decisiones, salvo las contempladas en los estatutos, lo que quiere
decir que yo soy un candidato, en este caso, exactamente igual que D. Ángel
Yánez, que era el otro candidato. Según nuestro estatuto, el que actúa como
notario y controlador de la pureza de todo el proceso electoral es el
Secretario General, y así lo ha hecho, valorando, según siempre nuestros
estatutos, la legalidad de las candidaturas basándose en si cumplen o no los
requisitos legales. Cualquier impureza
en este proceso tendría repercusión legal directa sobre el Secretario General.
Una vez acabados los plazos, el Secretario nos ha reunido a ambos candidatos y
ha leído las conclusiones de su informe, siendo testigos la junta de gobierno y
el asesor jurídico. Después, se aprueba el documento, dándole legalidad al
contenido y se sigue el curso estatutario que lleve a la fase electoral o a la
toma de posesión en caso de que algún candidato no supere los requisitos
exigidos por los estatutos. Esto es así. Por tanto, mi papel en este proceso ha sido el de candidato, pudiendo recibir
exactamente la misma información que cualquier otro, y en este caso, la
información fue contundente en relación a la invalidez de la otra candidatura
por incumplimiento claro de los estatutos que, por respeto a la privacidad del
colegiado en cuestión, no me gustaría describir con detalle.
Algunos
colegiados, los menos, eso sí, nos están insinuando e incluso pidiendo que
pasemos por alto algo que realmente no está en nuestra mano, quizá, estoy
convencido que sin saberlo, lo que nos están
solicitando es que incumplamos los estatutos, lo que en nuestra condición de
cargo público podría ser considerado como un delito de prevaricación. No es
una simple excusa o una justificación sin más. La prueba de ello es el vía crucis de visitas a los juzgados que
he tenido que sufrir en los últimos meses por un error infinitamente menos
grave que la acción que ahora algunos, desde el desconocimiento o desde el
interés personal, nos reclaman.
En
estos últimos años he aprendido muchas cosas con vosotros, pero una de ellas ha
sido que os preocupa el cumplimiento del estatuto y que, lo que me pedís, es
que este cumplimiento sea efectivo siempre. Entiendo pues, sin duda alguna, que
también en esta ocasión debe ser así. Conviene saber que el Colegio es una
entidad de derecho público que tiene conferidas determinadas competencias
directamente del Estado. No somos una asociación de vecinos ni un grupo de
amigos que, en función de lo que convenga en cada momento, podamos cambiar las
reglas que nos rigen a nuestro antojo o conveniencia.
Igual
que muchos de vosotros, estos días he oído y leído de todo. Los mismos que años
y meses atrás han ‘judicializado’ al colegio exigiendo responsabilidades
penales por cualquier error administrativo del día a día y han pedido el
“cumplimiento escrupuloso de los estatutos”, se rasgan ahora las vestiduras
pidiendo que se mire hacia otro lado
ante el incumplimiento flagrante y continuado del primer deber de todo colegiado:
el pago de la cuota colegial. La verdad, no entiendo esta actitud, cuando han
proclamado a los cuatro vientos, precisamente, la contraria. Entiendo, faltaría
más, que defiendan los intereses de otra candidatura, pero lo que no se puede
permitir es que propongan abiertamente el incumplimiento de NUESTRA
CONSTITUCIÓN, NUESTROS ESTATUTOS.
Me
han llamado en foros públicos y por escrito “deshonesto”, “mafioso”, “cobarde”,
“antidemócrata” y algunos otros apelativos tan hirientes o más que éstos. He
escuchado y tomado nota del cansancio y el hartazgo de muchos colegiados ante
esta situación. Os comprendo. Os comprendo y os pido que os pongáis en mi
lugar.
Me
gustaría que supierais también que, a veces, como presidente de este colegio,
yo también he vivido momentos de desazón y hartazgo, pues sabéis que en este
tiempo, entre otras cosas, hemos vivido la situación de desamparo de compañeros que han sido utilizados por otros colegiados. Es decir, ha habido colegiados que
han suplantado la identidad de otros para votar en su nombre en unas
elecciones, hemos detectado firmas falsificadas en Asambleas, hemos recibido
insultos y amenazas e incluso han “hackeado” nuestra página web, entre otros
hechos. Algunas de estas acciones están ya en el juzgado o a disposición policial
y otras lo estarán en breve dada su extrema gravedad. Esta institución no se
merece el ataque feroz al que, por suerte, un muy minoritario grupo de personas
nos ha sometido, tanto a mí, como a la
Junta de Gobierno que en estos días se despedirá de vosotros,
a los que agradezco de todo corazón su trabajo, su entrega y su apoyo,
especialmente en los momentos más difíciles.
En
estos tiempos en los que el “pensamiento crítico en Fisioterapia” ocupa gran
parte de nuestras preocupaciones y nuestras acciones, no me queda más remedio
que rogaros que no os quedéis en la superficie
de un discurso demagógico y poco constructivo al que algunos quieren someteros,
porque, sin duda alguna, el veneno con el que tratan de intoxicaros puede
destruir (desde la calumnia y, en muchos casos, el anonimato, que es más fácil)
lo que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado levantar a los y las
fisioterapeutas de Andalucía. Sin duda alguna, os debo animar a que
reflexionéis, aunque sea unos segundos, si todo esto que nos está pasando no
responderá a una presunta estrategia orquestada por personas o grupos interesados en
hacerse con el control de los colegios profesionales con intereses que,
sin duda alguna, todos podéis imaginar y que, permitidme que piense, igual nada
tienen que ver con la defensa, la protección y el desarrollo de nuestra profesión.
Como
ya os he dicho en otras ocasiones, a mí no me mueven más intereses que los de
seguir trabajando para que la
Fisioterapia alcance el lugar que siempre soñé. Os puedo asegurar
que el futuro nos depara noticias muy positivas y que vamos a continuar con la
línea de crecimiento que no hemos abandonado desde que nacimos como profesión
autónoma. Afortunadamente, y no quiero que suene soberbio, pero así es, mi vida
está resuelta. Lo estaba cuando inicié mi andadura colegial como presidente y,
como podéis imaginaros, no necesito este cargo para impulsar mi carrera ni para
llevar a cabo ningún proyecto personal que no tenga que ver con los proyectos
profesionales de todos y cada uno de vosotros que, sin duda alguna, conformáis
la esencia de esta profesión y uno de los motores fundamental de mi vida. Ya lo
digo en mi blog: “Vivo y respiro Fisioterapia”. Pensad que si estoy aquí
dedicando mi tiempo y mi esfuerzo a la Fisioterapia en lugar de dedicarlo en exclusiva a
mi familia y amigos, es porque creo que en un momento tan trascendente para la
profesión debo finalizar lo que empecé y dejar la institución en las mejores
manos posibles, alejada de conflictos de intereses evidentes.
Por
mi parte, os informo mi intención de cerrar esta “guerra” entre fisioterapeutas,
“guerra” que ha llegado al punto de plasmarse en amenazas a nuestro personal
laboral, en correos electrónicos de muy mal gusto, en duras conversaciones en
redes sociales, entre otras cosas, y que por el bien de la profesión, debe
acabar aquí.
A
partir de ahora, y en lo que a mí respecta, solo escucharéis hablar de
Fisioterapia. Mañana os presentaré mi
programa, para el que he estado
trabajando con mi equipo durante muchos meses con gran ilusión. Programa
que estaba deseando poder compartir con vosotros en la campaña electoral que no
hemos podido realizar y que, nunca lo dudéis, me hubiera encantado poder llevar
a cabo, porque tengo plena confianza en que puedo defender este programa donde
sea, como sea y delante de quien sea PORQUE ES PARTE DE MI VIDA. Esto es lo que
me hace sentir bien y lo que me consta que realmente le interesa al 99% de los
colegiados. A ese 1% restante, que solo busca confrontación, le diré que sigan
por su camino, que yo lo haré por el mío, pero que el momento de las amenazas,
los insultos y las calumnias ya ha pasado. El que quiera seguir por esa vía me
encontrará en el juzgado sin vacilaciones.

En
este proyecto, y como no podía ser de otra manera, no excluyo a NADIE, los que me conocéis de verdad sabéis que lo
digo de todo corazón. La prueba está en que dentro de mi actual equipo y en los
anteriores he querido siempre integrar a personas de ideas y pensamientos muy
distintos entre sí y también distintos a los míos. El pensamiento único y la
falta de autocrítica solo conducen al fracaso y a la mediocridad, y nuestro
colegio es una institución de referencia que recibe felicitaciones en todos los
foros. Felicitaciones que sabéis os traslado siempre que tenemos ocasión.
Aunque he intentado ser lo más claro posible, supongo que es posible que tengáis alguna pregunta al respecto. Como
siempre, estoy a vuestra disposición, siempre desde el respeto y la educación. Recibid un cordial saludo.
Miguel Villafaina
Muñoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría conocer tu opinión. Estoy seguro de que contribuirá a que la Fisioterapia siga creciendo.