sábado, 5 de octubre de 2013

Nuestro programa (III): Formación, Investigación, Seguros, Cuotas...

Fruto de las numerosas reuniones mantenidas en los últimos meses con mi equipo, continúo detallando algunos puntos de nuestro programa para los próximos años en el ICPFA. Espero contar también con vuestras aportaciones para encajarlas en el proyecto:


1.  Seguir tratando con las autoridades e instituciones sociosanitarias las siguientes propuestas prioritarias: extrapolar las competencias del fisioterapeuta descritas en el Título de Grado al ámbito profesional, participando en la creación de un marco legislativo adecuado; promover medidas que permitan el acceso a puestos de trabajo en condiciones dignas, seguras y estables; mejorar la optimización de recursos en Atención Primaria y Especializada para la Fisioterapia; seguir pidiendo nuestra inclusión en las “unidades de Gestión”; fomentar la definición e implantación de las especialices en Fisioterapia y participar en la adecuada “ordenación de la profesión”, por ejemplo, interviniendo en la regulación del decreto sobre dispensación de medicamentos y productos sanitarios, facilitando el desarrollo de pactos interprofesionales, buscando nuevos nichos de empleo, apoyando a las estructuras supranacionales y contribuyendo a la creación de una Conferencia Estatal de la Profesión de Fisioterapia.

2. Seguir fomentando la visualización de la Fisioterapia como entidad profesional de prestigio, que garantiza, a nivel social, que los profesionales pertenecientes a esta institución cumplen con unos criterios normativos de calidad profesional, para ello, debemos potenciar el protagonismo de la Fisioterapia y del Colegio Profesional manteniendo nuestra presencia en eventos y movimientos sociosanitarios, pues l@s ciudadan@s deben conocer nuestra profesión, y nuestro colegio, aumentando las estrategias de lucha contra el intrusismo profesional, potenciando la “marca Fisioterapia” en los medios de comunicación y fomentando, y, de forma especial, marcar una hoja de ruta en el uso de las TICs y nuestra presencia en las redes sociales.

3. Apostar por la Formación Continuada de Calidad. Así, además de promover y luchar en la administración por una mayor autonomía del colegio en cuanto en la acreditación y homologación de la Formación Continuada en Fisioterapia,  también se procurará reducir los costes de acceso a la formación, dotando de un capítulo económico importante que brinde oportunidades a nuestros colegiados, continuando con la política de cursos gratuitos, ayudas y becas, desarrollando la programación de formación según las directrices de la Fisioterapia Basada en la Evidencia, así como en contenidos transversales de la profesión: gestión de centros, marketing e inglés técnico-sanitario.

4. En relación con la Investigación en Fisioterapia, apoyar iniciativas de las Asociaciones Científicas y la creación de Sociedades Científicas, incorporando a profesionales expertos en diferentes áreas del conocimiento; fomentar la organización de actividades científicas implementando el uso de nuevas tecnologías de forma transversal y buscar la posibilidad de desarrollar convenios con publicaciones científicas de interés para la Fisioterapia.

5. Potenciar el Departamento técnico-jurídico, teniendo en cuenta el incremento de competencias relacionadas con la defensa del consumidor, intrusismo y el aumento de consultas jurídicas profesionales, así como, el asesoramiento sobre apertura de Centros.


6.  Mediar, dentro de las posibilidades y competencias de las instituciones colegiales, tanto en los convenios colectivos como en los acuerdos y criterios descritos en el contexto de las entidades aseguradoras.

7.   Mejorar y reformar las instalaciones de la sede de Sevilla, valorando la ampliación del local contiguo para salón de actos y programas de formación, así como, fomentar la utilización de la oficina de Málaga, estudiando las posibilidades de su transformación a sede colegial.

8. Valorar nuevas coberturas aseguradoras considerando las necesidades que plantean los colegiados (incapacidad laboral transitoria, seguro médico, etc.).

9.   Ajuste de las cuotas colegiales en función de los presupuestos, valorando la reducción de cuotas de forma general y, de manera especial, a desempleados, creando la figura de carácter voluntario denominada “precolegiado”.

10.  Finalizar la implantación de la Administración Electrónica Colegial, asegurando al colegiado la posibilidad de realizar todos los procedimientos administrativos de forma telemática mediante el uso del DNI electrónico y certificados propios, ofreciendo la posibilidad de conocer en todo momento la situación de su trámite.

"Construyendo ideas". Imagen de Gustavo Sarnari.
11. Consolidar los mecanismos que garanticen una participación activa, directa e independiente de los colegiados de cada provincia mediante: 

-  La creación de nuevas sedes/oficinas en las Provincias, promoviendo la creación de Delegaciones en todas ellas, con mención especial a las más lejanas, como Jaén o Almería.

 - La consolidación de los Grupos Provinciales puestos en ya marcha, dotándolos de las infraestructuras y las partidas económicas necesarias para el desarrollo de las actividades propuestas (sesiones clínicas, cursos, actividades socio-culturales, etc.).

- La emisión en streaming de las Asambleas Generales y jornadas organizadas por el Colegio, estudiando la posibilidad de participación electrónica o presencial en las delegaciones provinciales.

jueves, 26 de septiembre de 2013

“Es posible realizar un modelo biopsicosocial en Fisioterapia de Atención Primaria”: A propósito de un artículo de Raúl Ferrer sobre FAP



La literatura sobre el modelo biopsicosocial es tan abundante y ha sido un modelo tan debatido que, quizá, poco o nada puedo decir nuevo que aporte argumentos a su favor o en contra. No obstante, me gustaría trasladaros mi apuesta por este modelo sobre la base de mi experiencia personal, de mis vivencias, de mis reflexiones y de mi propio debate interior que, sin duda alguna, me lleva a pensar que, hoy por hoy, una Fisioterapia que se aparte de este modelo es “menos Fisioterapia”.

Cuando iniciaba mis primeros pasos como profesional de la Fisioterapia, un amigo médico me confesó que había sido diagnosticado de una espondilitis anquilopoyética y que le habían recomendado Fisioterapia. En mis inicios como profesional, disponíamos de poca bibliografía y pocos lugares donde poder documentarnos (pensad que estoy hablando de finales de los 60). Este amigo me informó de su preocupación sobre su futuro, futuro inmediato en el que se iban a coincidir su profesión con su próxima boda, que incluso quería posponer tras informarse de las importantes secuelas que la enfermedad le podía dejar y, en fin, no quería engañar a nadie. Él había entrado en un periodo de profunda tristeza (hoy llamada depresión) y sus relaciones sociales habían prácticamente desaparecido. Solo tenía un pensamiento: su enfermedad y su futuro “sin expectativas”. 

Le propuse que al día siguiente pasara por el Hospital para hablar y, aquella misma tarde, me fui a la biblioteca a buscar toda la información que pudiera. Una vez en el hospital, la puse en práctica y valoré el cuadro, viendo que no era compatible el diagnóstico médico con la sintomatología que presentaba…tan solo un dolor lumbar y una radiografía rarísima para mí en la que desaparecía la articulación sacroilíaca. No se justificaba el cuadro (entonces no había marcadores, ni RM, ni nada de eso que te ayudara a complementar una exploración más exacta). 

Lo realmente impactante de esta historia es que, cuando este amigo recibe la noticia de su enfermedad y empieza a informarse sobre ella, lentamente se va metiendo en la enfermedad y somatiza el cuadro de una forma impactante. En relativamente poco tiempo, la curva lumbar había desaparecido, cifosando la zona dorsal, se pasaba todo el tiempo hablando de dolores y mostraba limitación funcional en las rotaciones cervicales. Caminaba con ligera flexión de rodillas, como si fuera un simio. Pero claro, cuando se realizaba la valoración, nada de esto era justificable.
Me pareció oportuno comentar el caso con mi profesor, Catedrático de Patología Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Sevilla. Mientras llegaba, y en una salita donde se hacían sesiones clínicas, que estaba llena de profesionales, me atreví a colocar la RX que mi amigo había traído y, sin dudar, todos confirmaron el diagnóstico de la enfermedad con pronósticos fatalistas. La reacción de mi amigo, absolutamente impactado, fue flexionar aún más el tronco y las manos, tanto, que casi le llegaban al suelo. Su cara ya no era de tristeza, sino que adquiría un tinte azulado y yo pensaba que de un momento a otro se caería al suelo. 

Y entonces… “el milagro”. Apareció el profesor al que yo esperaba. Le expliqué el diagnóstico, miró la radiografía y dijo:
-“¿Quién es el animal que ha dicho eso?”

Se hizo el silencio. Un silencio enorme. Y continuando en dirección a su despacho, el profesor añadió:
- “¿Pero no ven que es una megaapófisis transversa de L5 que está tapando la sutura sacroiliaca?”

Desapareció todo el mundo. Todos habían dado un diagnóstico erróneo.
Me quedé solo con mi amigo y, después de unos minutos,  observé cómo lentamente se enderezaba y su cara se tornaba sonriente, empezaba a aparecer su color sonrosado, propio de sus orígenes extremeños y, poco a poco, la sonrisa ocupaba toda su cara. Entonces, me dijo:
- “Vamos a tomarnos algo a ‘Casa Rogelio’, que estoy más sano que una pera”.
 Nos dimos un abrazo acompañado de una frase contundente que es difícil olvidar:  “Gracias Miguel, me has devuelto la vida”.
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Esta novelesca introducción ejemplifica cómo un problema somático, incluso inexistente, genera un impacto tan tremendo en el paciente que lo desajusta hasta llevarlo a una profunda depresión, con repercusiones laborales, sociales y con destrucción de  sus expectativas de futuro.
Desde luego, no ha sido el único caso en el que he observado cómo una enfermedad arrastra otros problemas que tienen que ver con el comportamiento y que influyen en la vida social y en el  entorno, pero éste fue el primero y más impactante que recuerdo. Tan impactante fue para mí, que me hizo pensar y actuar, elaborando una encuesta para pacientes con problemas muy severos que generaban gran dependencia. Los resultados fueron tremendos, identificando una gran cantidad de desajustes, en muchos casos, incluso increíbles. De hecho, algún que otro paciente se mostraba más preocupado del futuro de su familia que de recuperarse físicamente. 

Tras estas observaciones saqué la conclusión de que mi intervención como fisioterapeuta era algo más que preocuparme de un problema somático a resolver. Pronto me di cuenta de que los pacientes, en el tiempo que les dedicaba, me trasferían sus preocupaciones tanto sociales y laborales como sus desajustes psicológicos y yo, en la medida de mis posibilidades, respondía con ciertas contratransferencias,  desconociendo si éstas eran acertadas o no. Reflexionando y haciendo autocrítica, me di cuenta que en nuestra labor diaria manteníamos unas valiosas relaciones que compatibilizaban con una fisioterapia humanizada.   

Seguramente, esto nos pasa a todos en el día a día y, quizá sin darnos cuenta hemos desarrollado un talante profesional amable, esperanzador y tranquilizador ante las angustias de nuestros pacientes. Estoy convencido que esta actitud aporta al paciente seguridad y comodidad. No existe, ni puede existir, un tratamiento de Fisioterapia al que no se le añada la desdramatización del cuadro, que genere un alivio psicológico que empiece a abrir las puertas de un proyecto de vida que en el marco social, laboral, de relaciones y de entorno sea menos negro, sobre todo a medida que se experimenta mejoría. Me atrevería a decir que se rompe la frialdad médico/paciente, a veces demasiado frecuente, en donde se gestiona el diagnóstico y el tratamiento de forma rápida y, casi nunca se aborda el pronóstico, y si se hace, es de pasada.
No sé si será un comentario frívolo, pero, ¿a quién no le ha ocurrido que al tratar un proceso agudo de hombro el paciente te traslada su preocupación de futuro, comentándote que iba los lunes y jueves a jugar al pádel y que ya se iba acabar el deporte, las copas y la tertulia posterior? ¿Y las noches en vela por el dolor nocturno que no lo dejaba dormir? ¿Y el bajo rendimiento laboral por la baja y, si trabajas, es un martirio y, además, la espada de Damocles encima, ya que si no mejoras, al quirófano? Y de repente, llega el fisioterapeuta y le dice: “nada hombre, esto se te va poner bueno y vas a poder hacer tu vida normal”. De un tirón te has llevado por delante todas las preocupaciones biopsicosociales que el paciente venía arrastrando.
 
En mi diario tengo anotada una apreciación que hacía un viejo Profesor francés, y que todos conocéis, a una pregunta que le hacía sobre este tema: la Fisioterapia implica centrar la atención en el funcionamiento óptimo del individuo como ser humano, por tanto, el fisioterapeuta se tiene que preocupar en contribuir al mantenimiento de la salud, más que al trato de la patología de un determinado subsistema orgánico, porque los pacientes experimentan crisis sociales y psicológicas”. Palabras mágicas. El problema reside en que tenemos que saber identificar esta enorme función que desarrollamos, asumiéndola e incorporándola a nuestras competencias, como es inevitable que un tratamiento de fisioterapia lo acompañemos con consejos, refuerzos educacionales, preventivos, etc. 

En la práctica diaria tratamos muchos enfermos crónicos, y es por todos conocido que muchas veces, esta cronicidad, es el resultado de variadas causas como la psicológica, social, cultural o del entorno. También sabemos que estos pacientes necesitan un abordaje desde la medicina que responda a la complejidad de las múltiples causas que las originan y, ya sabemos, que aquel profesional que, como un héroe, trataba de dar sólo soluciones al problema biológico, ya no es suficiente, porque ese modelo denominado biomédico es incompleto, pues excluye todos estos factores que hemos apuntado y que modulan nuestro comportamiento y nuestro estilo de vida.

Quizá he traído a un terreno simplista y práctico el porqué debemos apoyar de forma decidida este modelo biopsicosocial en cualquier ámbito de nuestra actividad profesional. No podemos, en el contacto diario con nuestros pacientes, no escuchar, no observar que el problema biológico viene acompañado de múltiples causas que lo producen al margen de lo puramente biológico.  

Soy consciente que este debate es viejo en el ámbito de la medicina, aunque menos viejo en la Fisioterapia, pero los aficionados a los clásicos saben que los griegos y los romanos ya discutían si desgajar o no el cuerpo de la mente y si el problema del cuerpo tenía que afectar a la mente o a su entorno. Estos debates también los tenían en las culturas orientales. Viniéndonos ya a tiempos más cercanos, vemos como Freud ya les decía a los médicos que miraran los factores psicológicos y no solo los físicos a la hora enfocar los diagnósticos y tratamientos. No olvidemos que el modelo biopsicosocial se reconoce en los entonces recién inaugurados Departamentos de Rehabilitación entre los años 60 y 70, y se crean unidades de apoyo para los pacientes complejos que cursaban con gran dependencia, en donde destaca la presencia de trabajadores sociales, psiquiatras, incluso profesores de Educación General Básica. Asimismo, la terapia ocupacional empezó a destacar en estos pacientes. Es decir, antes que Engel en 1977, frente al paradigma tradicional, propusiera un modelo (biopsicosocial) el cual “se apoya en la concepción de que en todos los estadios del proceso salud-enfermedad coexisten factores biológicos, psicológicos y sociales implicados. Tanto en lo que respecta a un estadio de salud como en los diferentes niveles de enfermedad”, ya en un mundo cercano a nuestra disciplina como era el concepto de rehabilitación se hablaba de trabajo en equipo y multidisciplinaridad, porque las diferentes causas que acompañan a la enfermedad así lo requerían.

Personalmente, tengo que reconocer que no he sido muy crítico con el modelo biomédico porque, en su momento, aportó bastantes avances, sobre todo en el desarrollo del diagnóstico, la farmacología y las técnicas quirúrgicas; pero quizá se ha puesto demasiado acento en estos procedimientos, olvidando que ello debe acompañarse de un enfoque preventivo. En mi humilde opinión, no se debe desperdiciar este modelo que, sin duda alguna, generó gran número de trascendentales avances,  sino que, más bien, lo que hay que hacer es añadirle otros aspectos sociales y psicológicos que acompañan a la enfermedad y que obliga a su redefinición, dando paso a la interdisciplinaridad, compartiendo así con otros profesionales los procesos de salud-enfermedad para una mayor y mejor comprensión, abordando un concepto integrador que apunte más certeramente a la mejora de la calidad de vida. 

martes, 24 de septiembre de 2013

Nuestro programa (II): La Fisioterapia en la Sanidad Pública

Hoy, compartimos con vosotr@s aspectos de nuestro programa de trabajo, relacionados con el ámbito laboral del fisioterapeuta vinculado, especialmente, con la interprofesionalidad y con la necesaria modernización normativa en el Sistema Público de Salud. 

La consecución del desarrollo de las competencias profesionales en Fisioterapia nos permitirá propiciar y promover medidas que permitan a los profesionales acceder a un puesto de trabajo en condiciones dignas, seguras y estables para llevar a cabo sus funciones en beneficio de los pacientes,  garantizándoles que reciban cuidados de alta calidad y seguridad, sobre la base del profesionalismo. Siendo este punto unos de los grandes objetivos que siempre ha sido prioritario para los profesionales de la Fisioterapia.

Propuestas:

1)  Seguir insistiendo a las autoridades sanitarias públicas y privadas que se considere y asuma nuestra profesión, dentro de un marco paritario, en las mismas condiciones que cualquier otro profesional de la salud del mismo nivel y categoría profesional (Médicos, Enfermeros, Odontólogos, Farmacéuticos, Podólogos, etc.).

2)   Reconocer y denunciar situaciones de posible agresión a las competencias profesionales del/a fisioterapeuta en el marco laboral interprofesional, tanto si esta situación de conflicto competencial se deriva del desconocimiento de las competencias del fisioterapeuta, como del no cumplimiento (a pesar de su conocimiento) de la legislación vigente.


Organización asistencial del SAS
En la organización asistencial del el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se mantienen ciertos criterios caducos para la  Fisioterapia, tanto en la Atención Hospitalaria como en Primaria, incluso con aplicación estatuaria de atribuciones contempladas en el  Estatuto de 1973, que fue superado por el actual estatuto, pero manteniendo los artículos correspondientes a las competencias y atribuciones profesionales entre los que se encuentran el Art. 70 y 71, y en los que no se incluyen capacidades competenciales adquiridas como diagnosticar, establecer, aplicar, evaluar la evolución e informar el alta del paciente



Propuestas:

1) Seguir abordando con firmeza nuestros planteamientos acerca de la organización asistencial en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para cambiar los criterios obsoletos de funcionamiento de esta institución respecto a la Fisioterapia, desde las comisiones mixtas hasta las paritarias, participando activamente en los foros en los que se debatan estas cuestiones, sin duda alguna, de trascendental importancia para nuestra profesión.

2) Insistir en nuestras reivindicaciones sobre la aplicación de los principios y reglas que se contemplan en las actuales normativas del titulado en Fisioterapia, abordando una nueva optimización de los recursos y organización asistencial en los Hospitales y Atención Primaria, donde se vive una situación de exclusiva dependencia de una especialidad médica que impide el desarrollo profesional y la posibilidad de atender directamente la demanda de otras especialidades, estableciendo otros modelos más adaptados el correr de los tiempos, a las necesidades del ciudadano y a las tendencias que nos llegan de la Europa Comunitaria

3) En general,  matizando en la Atención Primaria, asistimos a un modelo superado de intermediación previa para la derivación a los servicios de Fisioterapia que limita la aplicación del potencial de conocimientos y capacidades del fisioterapeuta impidiendo, así mismo, el desarrollo profesional en el marco de la educación, prevención y asistencia a los ciudadanos. Por ellos, debemos desarrollar propuestas factibles de  consultas de Fisioterapia y promover las consultas de primera intención en patologías principalmente osteoarticulares que cursan con afectación del movimiento. Hacer de la Fisioterapia una profesión que sea “puerta de entrada” en el primer nivel de salud para el usuario sería un logro importante en estos tiempos de readaptación y ajustes en el Sistema Público de Salud que repercutiría, sin duda alguna, en ahorro presupuestario y en beneficio para el usuario y, además, nos permitiría extrapolar de forma cierta medidas que funcionan en otros países europeos con modelos sanitarios semejantes al nuestro.

4) Proponer medidas de mejora organizativa en el SAS, entendiendo que esto conllevaría una mayor empleabilidad y una mejor distribución de las inversiones públicas. 

5) Seguir, asimismo, manifestando, a través de diferentes medios, nuestra disconformidad por la forma de desarrollar y gestionar en la asistencia hospitalaria y primaria las “Unidades de Gestión”. El actual sistema de organización asistencial mediante las Unidades de Gestión  está provocando malestar general en los profesionales, al no contar con su participación, al no incluirlos dentro de estas unidades, considerando en exclusividad  un único Servicio de Especialidad médica. Este hecho recibe el rechazo profesional de los/as fisioterapeutas por considerar la necesidad de ampliación e inclusión en cualquier Unidad de Gestión especializada donde la Fisioterapia sea necesaria y con capacidad de su dirección en igualdad de oportunidades, representatividad que sí tienen otras profesiones sanitarias en el marco de la sanidad pública en Andalucía. 



lunes, 23 de septiembre de 2013

Nuestro programa (I) Presente y Futuro de la Fisioterapia Andaluza


Esta semana, os voy a ir presentando el Proyecto que, junto con mi equipo, he elaborado para mejorar la situación de la Fisioterapia en Andalucía a corto, medio y largo plazo. Tenemos cuatro años por delante de trabajo que, sin duda alguna, afrontamos con ilusión renovada. Son muchos los cambios que hemos llevado a cabo y más que tendremos que afrontar. Los retos, muchos; las propuestas para afrontarlos, muchas más; sólo nos queda trabajo, trabajo y trabajo.

Gracias por vuestro apoyo.


Hoy empezaremos con el desarrollo de las competencias profesionales y la ley del medicamento, temas de actualidad, temas urgentes y temas, a mi entender, de gran interés. 


Desarrollo de las competencias profesionales en Fisioterapia
Somos testigos del proceso en el que, por fin, se ha alcanzado en los últimos años nuestra mayoría de edad académica, científica y profesional pero, aún así, seguimos estando sometidos a una permanentemente merma de derechos profesionales, y por ende, laborales, estando estancados por falta de desarrollo normativo.  Esto afecta, no solo la profesión, sino al propio sistema de salud, ya que no se aprovecha el capital de conocimientos de sus propios profesionales, lo que revierte negativamente en los usuarios, en la sociedad.

Propuestas:

-   A la vista de lo anterior, se hace necesario (avalados por la normativa académica ya consolidada) pedir con intensidad a las autoridades sanitarias el desarrollo urgente de un marco de referencia legislativo que recoja con claridad nuestras atribuciones y competencias adquiridas con total autonomía y con extensión a los Servicios Públicos de Salud y a la actividad privada. Este punto es clave y fundamental para el crecimiento profesional.


-       Dar continuidad a las mesas de trabajo iniciadas con el SAS, impulsando el desarrollo de propuestas constructivas que, de verdad, nos permitan ver productividad en estos encuentros institucionales que, sin duda alguna, son fundamentales para la consecución de nuestros objetivos.

-   Tomar contactos con los grupos parlamentarios autonómicos, aportando ideas, siendo conscientes del momento trascendental que estamos viviendo actualmente, pensando especialmente en los “recortes competenciales” que pudieran derivarse de que la hoja de ruta a seguir por la Fisioterapia pueda llevarse a cabo sin el asesoramiento fundamental de nuestras instituciones, entre las que se encuentra el ICPFA.


Contribuir a la regulación del Decreto sobre dispensación de medicamentos y productos sanitarios

Propuestas:

-     Mantener y promover unos criterios claros para el desarrollo del decreto que regulará nuestra capacidad de dispensación de productos farmacológicos y productos sanitarios.
-      Mantener nuestra filosofía de que somos una alternativa a la farmacología, y que esta regulación nos debe llevar, más que a “poner” a “quitar”, pero, sin duda alguna, esta última capacidad debe estar regulada. Interesan sobre todo los productos de manejo en respiratorio o cardiología y otras especialidades donde intervenimos activamente. Sirvan como ejemplo el uso de la iontoforesis y productos locales, así como, razones de continuidad asistencial en el uso de dispositivos ortoprotésicos o la “urgencia” en Fisioterapia, como la toma de medidas analgésicas siguiendo protocolos en liberaciones articulares que puedan ser dolorosas y en las que se emplee el producto farmacológico como “herramienta de trabajo”.
-       Desarrollar o participar en el desarrollo del catálogo de productos ortoprotésiscos de uso corriente y especializado.


-         Contribuir, aportando ideas, a un plan de formación que nos lleve al conocimiento del uso de estas capacidades competenciales.

Mañana seguimos. Que tengáis un buen día. 



jueves, 19 de septiembre de 2013

Sobre elecciones, cumplimiento de los estatutos y posibles prevaricaciones


Las primeras palabras de esta carta, de forma obligada, quiero que  estén dirigidas a todas aquellas personas que, de forma pública o privada,  me habéis mostrado vuestra confianza, trasladándome fuerza en las últimas semanas y, de forma particular, en las últimas horas, tras hacerse pública la resolución de las candidaturas presentadas y la invalidez de una de ellas. Como persona, no han sido momentos fáciles, muy al contrario, por eso, sentir el apoyo de tantos y tantos compañeros, ha sido para mí un auténtico contrafuerte emocional que, de nuevo, agradezco desde la profundidad de mis sentimientos.

Artículos 48 y 49 de los Estatutos del ICPFA
Me gustaría dirigirme ahora a aquellos que quizá no entienden la medida adoptada en relación con el hecho de que otra candidatura que concurría a estas elecciones sea no válida. Los estatutos colegiales, única norma de referencia, disponen en su art. 48 que: “Tendrán derecho a ser elegidos todos los colegiados al corriente de sus obligaciones colegiales….”. El art. 49 dispone que “Solo podrán concurrir a las elecciones candidaturas completas en las que estén todos los miembros de la Junta de Gobierno a elegir. Las candidaturas deberán formarse siguiendo el sistema de lista cerrada y deberán indicar el cargo al cual opta cada candidato, los cuales deben firmar su aceptación de formar parte de la misma”. Quizá, la lectura de estos artículos nos ayudará a todos a comprender que el cumplimiento de los estatutos es algo fundamental para que esta institución sea fuerte y pueda perdurar en el tiempo sin menoscabo de una de sus esencias fundamentales: la igualdad para todos los colegiados.

Igualdad también ante unas elecciones, faltaría más. Y conviene que tengáis en cuenta que en el momento que se anuncia “convocatoria de elecciones”, la Junta de Gobierno está en funciones, y no puede tomar decisiones, salvo las contempladas en los estatutos, lo que quiere decir que yo soy un candidato, en este caso, exactamente igual que D. Ángel Yánez, que era el otro candidato. Según nuestro estatuto, el que actúa como notario y controlador de la pureza de todo el proceso electoral es el Secretario General, y así lo ha hecho, valorando, según siempre nuestros estatutos, la legalidad de las candidaturas basándose en si cumplen o no los requisitos legales. Cualquier impureza en este proceso tendría repercusión legal directa sobre el Secretario General. Una vez acabados los plazos, el Secretario nos ha reunido a ambos candidatos y ha leído las conclusiones de su informe, siendo testigos la junta de gobierno y el asesor jurídico. Después, se aprueba el documento, dándole legalidad al contenido y se sigue el curso estatutario que lleve a la fase electoral o a la toma de posesión en caso de que algún candidato no supere los requisitos exigidos por los estatutos. Esto es así. Por tanto, mi papel en este proceso ha sido el de candidato, pudiendo recibir exactamente la misma información que cualquier otro, y en este caso, la información fue contundente en relación a la invalidez de la otra candidatura por incumplimiento claro de los estatutos que, por respeto a la privacidad del colegiado en cuestión, no me gustaría describir con detalle.

Algunos colegiados, los menos, eso sí, nos están insinuando e incluso pidiendo que pasemos por alto algo que realmente no está en nuestra mano, quizá, estoy convencido que sin saberlo, lo que nos están solicitando es que incumplamos los estatutos, lo que en nuestra condición de cargo público podría ser considerado como un delito de prevaricación. No es una simple excusa o una justificación sin más. La prueba de ello es el vía crucis de visitas a los juzgados que he tenido que sufrir en los últimos meses por un error infinitamente menos grave que la acción que ahora algunos, desde el desconocimiento o desde el interés personal, nos reclaman.

En estos últimos años he aprendido muchas cosas con vosotros, pero una de ellas ha sido que os preocupa el cumplimiento del estatuto y que, lo que me pedís, es que este cumplimiento sea efectivo siempre. Entiendo pues, sin duda alguna, que también en esta ocasión debe ser así. Conviene saber que el Colegio es una entidad de derecho público que tiene conferidas determinadas competencias directamente del Estado. No somos una asociación de vecinos ni un grupo de amigos que, en función de lo que convenga en cada momento, podamos cambiar las reglas que nos rigen a nuestro antojo o conveniencia.

Igual que muchos de vosotros, estos días he oído y leído de todo. Los mismos que años y meses atrás han ‘judicializado’ al colegio exigiendo responsabilidades penales por cualquier error administrativo del día a día y han pedido el “cumplimiento escrupuloso de los estatutos”, se rasgan ahora las vestiduras pidiendo que se mire hacia otro lado ante el incumplimiento flagrante y continuado del primer deber de todo colegiado: el pago de la cuota colegial. La verdad, no entiendo esta actitud, cuando han proclamado a los cuatro vientos, precisamente, la contraria. Entiendo, faltaría más, que defiendan los intereses de otra candidatura, pero lo que no se puede permitir es que propongan abiertamente el incumplimiento de NUESTRA CONSTITUCIÓN, NUESTROS ESTATUTOS.

Me han llamado en foros públicos y por escrito “deshonesto”, “mafioso”, “cobarde”, “antidemócrata” y algunos otros apelativos tan hirientes o más que éstos. He escuchado y tomado nota del cansancio y el hartazgo de muchos colegiados ante esta situación. Os comprendo. Os comprendo y os pido que os pongáis en mi lugar.

Me gustaría que supierais también que, a veces, como presidente de este colegio, yo también he vivido momentos de desazón y hartazgo, pues sabéis que en este tiempo, entre otras cosas, hemos vivido la situación de desamparo de compañeros que han sido utilizados por otros colegiados. Es decir, ha habido colegiados que han suplantado la identidad de otros para votar en su nombre en unas elecciones, hemos detectado firmas falsificadas en Asambleas, hemos recibido insultos y amenazas e incluso han “hackeado” nuestra página web, entre otros hechos. Algunas de estas acciones están ya en el juzgado o a disposición policial y otras lo estarán en breve dada su extrema gravedad. Esta institución no se merece el ataque feroz al que, por suerte, un muy minoritario grupo de personas nos ha sometido, tanto a mí, como a la Junta de Gobierno que en estos días se despedirá de vosotros, a los que agradezco de todo corazón su trabajo, su entrega y su apoyo, especialmente en los momentos más difíciles.

En estos tiempos en los que el “pensamiento crítico en Fisioterapia” ocupa gran parte de nuestras preocupaciones y nuestras acciones, no me queda más remedio que rogaros  que no os quedéis en la superficie de un discurso demagógico y poco constructivo al que algunos quieren someteros, porque, sin duda alguna, el veneno con el que tratan de intoxicaros puede destruir (desde la calumnia y, en muchos casos, el anonimato, que es más fácil) lo que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado levantar a los y las fisioterapeutas de Andalucía. Sin duda alguna, os debo animar a que reflexionéis, aunque sea unos segundos, si todo esto que nos está pasando no responderá a una presunta estrategia orquestada por personas o grupos interesados en hacerse con el control de los colegios profesionales con intereses que, sin duda alguna, todos podéis imaginar y que, permitidme que piense, igual nada tienen que ver con la defensa, la protección y el desarrollo de nuestra profesión.

Como ya os he dicho en otras ocasiones, a mí no me mueven más intereses que los de seguir trabajando para que la Fisioterapia alcance el lugar que siempre soñé. Os puedo asegurar que el futuro nos depara noticias muy positivas y que vamos a continuar con la línea de crecimiento que no hemos abandonado desde que nacimos como profesión autónoma. Afortunadamente, y no quiero que suene soberbio, pero así es, mi vida está resuelta. Lo estaba cuando inicié mi andadura colegial como presidente y, como podéis imaginaros, no necesito este cargo para impulsar mi carrera ni para llevar a cabo ningún proyecto personal que no tenga que ver con los proyectos profesionales de todos y cada uno de vosotros que, sin duda alguna, conformáis la esencia de esta profesión y uno de los motores fundamental de mi vida. Ya lo digo en mi blog: “Vivo y respiro Fisioterapia”. Pensad que si estoy aquí dedicando mi tiempo y mi esfuerzo a la Fisioterapia en lugar de dedicarlo en exclusiva a mi familia y amigos, es porque creo que en un momento tan trascendente para la profesión debo finalizar lo que empecé y dejar la institución en las mejores manos posibles, alejada de conflictos de intereses evidentes.

Por mi parte, os informo mi intención de cerrar esta “guerra” entre fisioterapeutas, “guerra” que ha llegado al punto de plasmarse en amenazas a nuestro personal laboral, en correos electrónicos de muy mal gusto, en duras conversaciones en redes sociales, entre otras cosas, y que por el bien de la profesión, debe acabar aquí.

A partir de ahora, y en lo que a mí respecta, solo escucharéis hablar de Fisioterapia. Mañana os presentaré mi programa, para el que he estado trabajando con mi equipo durante muchos meses con gran ilusión. Programa que estaba deseando poder compartir con vosotros en la campaña electoral que no hemos podido realizar y que, nunca lo dudéis, me hubiera encantado poder llevar a cabo, porque tengo plena confianza en que puedo defender este programa donde sea, como sea y delante de quien sea PORQUE ES PARTE DE MI VIDA. Esto es lo que me hace sentir bien y lo que me consta que realmente le interesa al 99% de los colegiados. A ese 1% restante, que solo busca confrontación, le diré que sigan por su camino, que yo lo haré por el mío, pero que el momento de las amenazas, los insultos y las calumnias ya ha pasado. El que quiera seguir por esa vía me encontrará en el juzgado sin vacilaciones.

Como os dije en una entrada anterior, ‘Es el momento de las ideas’, y para ello me he rodeado de aquellos que creo me pueden aportar las mejores. Pero no solo cuento con las suyas, también me gustaría contar con las vuestras. Es la única manera que encuentro para que avancemos todos juntos.




En este proyecto, y como no podía ser de otra manera, no excluyo a NADIE, los que me conocéis de verdad sabéis que lo digo de todo corazón. La prueba está en que dentro de mi actual equipo y en los anteriores he querido siempre integrar a personas de ideas y pensamientos muy distintos entre sí y también distintos a los míos. El pensamiento único y la falta de autocrítica solo conducen al fracaso y a la mediocridad, y nuestro colegio es una institución de referencia que recibe felicitaciones en todos los foros. Felicitaciones que sabéis os traslado siempre que tenemos ocasión.

Aunque he intentado ser lo más claro posible, supongo que es posible que tengáis alguna pregunta al respecto.  Como siempre, estoy a vuestra disposición, siempre desde el respeto y la educación. Recibid un cordial saludo.

Miguel Villafaina Muñoz