jueves, 19 de septiembre de 2013

Sobre elecciones, cumplimiento de los estatutos y posibles prevaricaciones


Las primeras palabras de esta carta, de forma obligada, quiero que  estén dirigidas a todas aquellas personas que, de forma pública o privada,  me habéis mostrado vuestra confianza, trasladándome fuerza en las últimas semanas y, de forma particular, en las últimas horas, tras hacerse pública la resolución de las candidaturas presentadas y la invalidez de una de ellas. Como persona, no han sido momentos fáciles, muy al contrario, por eso, sentir el apoyo de tantos y tantos compañeros, ha sido para mí un auténtico contrafuerte emocional que, de nuevo, agradezco desde la profundidad de mis sentimientos.

Artículos 48 y 49 de los Estatutos del ICPFA
Me gustaría dirigirme ahora a aquellos que quizá no entienden la medida adoptada en relación con el hecho de que otra candidatura que concurría a estas elecciones sea no válida. Los estatutos colegiales, única norma de referencia, disponen en su art. 48 que: “Tendrán derecho a ser elegidos todos los colegiados al corriente de sus obligaciones colegiales….”. El art. 49 dispone que “Solo podrán concurrir a las elecciones candidaturas completas en las que estén todos los miembros de la Junta de Gobierno a elegir. Las candidaturas deberán formarse siguiendo el sistema de lista cerrada y deberán indicar el cargo al cual opta cada candidato, los cuales deben firmar su aceptación de formar parte de la misma”. Quizá, la lectura de estos artículos nos ayudará a todos a comprender que el cumplimiento de los estatutos es algo fundamental para que esta institución sea fuerte y pueda perdurar en el tiempo sin menoscabo de una de sus esencias fundamentales: la igualdad para todos los colegiados.

Igualdad también ante unas elecciones, faltaría más. Y conviene que tengáis en cuenta que en el momento que se anuncia “convocatoria de elecciones”, la Junta de Gobierno está en funciones, y no puede tomar decisiones, salvo las contempladas en los estatutos, lo que quiere decir que yo soy un candidato, en este caso, exactamente igual que D. Ángel Yánez, que era el otro candidato. Según nuestro estatuto, el que actúa como notario y controlador de la pureza de todo el proceso electoral es el Secretario General, y así lo ha hecho, valorando, según siempre nuestros estatutos, la legalidad de las candidaturas basándose en si cumplen o no los requisitos legales. Cualquier impureza en este proceso tendría repercusión legal directa sobre el Secretario General. Una vez acabados los plazos, el Secretario nos ha reunido a ambos candidatos y ha leído las conclusiones de su informe, siendo testigos la junta de gobierno y el asesor jurídico. Después, se aprueba el documento, dándole legalidad al contenido y se sigue el curso estatutario que lleve a la fase electoral o a la toma de posesión en caso de que algún candidato no supere los requisitos exigidos por los estatutos. Esto es así. Por tanto, mi papel en este proceso ha sido el de candidato, pudiendo recibir exactamente la misma información que cualquier otro, y en este caso, la información fue contundente en relación a la invalidez de la otra candidatura por incumplimiento claro de los estatutos que, por respeto a la privacidad del colegiado en cuestión, no me gustaría describir con detalle.

Algunos colegiados, los menos, eso sí, nos están insinuando e incluso pidiendo que pasemos por alto algo que realmente no está en nuestra mano, quizá, estoy convencido que sin saberlo, lo que nos están solicitando es que incumplamos los estatutos, lo que en nuestra condición de cargo público podría ser considerado como un delito de prevaricación. No es una simple excusa o una justificación sin más. La prueba de ello es el vía crucis de visitas a los juzgados que he tenido que sufrir en los últimos meses por un error infinitamente menos grave que la acción que ahora algunos, desde el desconocimiento o desde el interés personal, nos reclaman.

En estos últimos años he aprendido muchas cosas con vosotros, pero una de ellas ha sido que os preocupa el cumplimiento del estatuto y que, lo que me pedís, es que este cumplimiento sea efectivo siempre. Entiendo pues, sin duda alguna, que también en esta ocasión debe ser así. Conviene saber que el Colegio es una entidad de derecho público que tiene conferidas determinadas competencias directamente del Estado. No somos una asociación de vecinos ni un grupo de amigos que, en función de lo que convenga en cada momento, podamos cambiar las reglas que nos rigen a nuestro antojo o conveniencia.

Igual que muchos de vosotros, estos días he oído y leído de todo. Los mismos que años y meses atrás han ‘judicializado’ al colegio exigiendo responsabilidades penales por cualquier error administrativo del día a día y han pedido el “cumplimiento escrupuloso de los estatutos”, se rasgan ahora las vestiduras pidiendo que se mire hacia otro lado ante el incumplimiento flagrante y continuado del primer deber de todo colegiado: el pago de la cuota colegial. La verdad, no entiendo esta actitud, cuando han proclamado a los cuatro vientos, precisamente, la contraria. Entiendo, faltaría más, que defiendan los intereses de otra candidatura, pero lo que no se puede permitir es que propongan abiertamente el incumplimiento de NUESTRA CONSTITUCIÓN, NUESTROS ESTATUTOS.

Me han llamado en foros públicos y por escrito “deshonesto”, “mafioso”, “cobarde”, “antidemócrata” y algunos otros apelativos tan hirientes o más que éstos. He escuchado y tomado nota del cansancio y el hartazgo de muchos colegiados ante esta situación. Os comprendo. Os comprendo y os pido que os pongáis en mi lugar.

Me gustaría que supierais también que, a veces, como presidente de este colegio, yo también he vivido momentos de desazón y hartazgo, pues sabéis que en este tiempo, entre otras cosas, hemos vivido la situación de desamparo de compañeros que han sido utilizados por otros colegiados. Es decir, ha habido colegiados que han suplantado la identidad de otros para votar en su nombre en unas elecciones, hemos detectado firmas falsificadas en Asambleas, hemos recibido insultos y amenazas e incluso han “hackeado” nuestra página web, entre otros hechos. Algunas de estas acciones están ya en el juzgado o a disposición policial y otras lo estarán en breve dada su extrema gravedad. Esta institución no se merece el ataque feroz al que, por suerte, un muy minoritario grupo de personas nos ha sometido, tanto a mí, como a la Junta de Gobierno que en estos días se despedirá de vosotros, a los que agradezco de todo corazón su trabajo, su entrega y su apoyo, especialmente en los momentos más difíciles.

En estos tiempos en los que el “pensamiento crítico en Fisioterapia” ocupa gran parte de nuestras preocupaciones y nuestras acciones, no me queda más remedio que rogaros  que no os quedéis en la superficie de un discurso demagógico y poco constructivo al que algunos quieren someteros, porque, sin duda alguna, el veneno con el que tratan de intoxicaros puede destruir (desde la calumnia y, en muchos casos, el anonimato, que es más fácil) lo que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado levantar a los y las fisioterapeutas de Andalucía. Sin duda alguna, os debo animar a que reflexionéis, aunque sea unos segundos, si todo esto que nos está pasando no responderá a una presunta estrategia orquestada por personas o grupos interesados en hacerse con el control de los colegios profesionales con intereses que, sin duda alguna, todos podéis imaginar y que, permitidme que piense, igual nada tienen que ver con la defensa, la protección y el desarrollo de nuestra profesión.

Como ya os he dicho en otras ocasiones, a mí no me mueven más intereses que los de seguir trabajando para que la Fisioterapia alcance el lugar que siempre soñé. Os puedo asegurar que el futuro nos depara noticias muy positivas y que vamos a continuar con la línea de crecimiento que no hemos abandonado desde que nacimos como profesión autónoma. Afortunadamente, y no quiero que suene soberbio, pero así es, mi vida está resuelta. Lo estaba cuando inicié mi andadura colegial como presidente y, como podéis imaginaros, no necesito este cargo para impulsar mi carrera ni para llevar a cabo ningún proyecto personal que no tenga que ver con los proyectos profesionales de todos y cada uno de vosotros que, sin duda alguna, conformáis la esencia de esta profesión y uno de los motores fundamental de mi vida. Ya lo digo en mi blog: “Vivo y respiro Fisioterapia”. Pensad que si estoy aquí dedicando mi tiempo y mi esfuerzo a la Fisioterapia en lugar de dedicarlo en exclusiva a mi familia y amigos, es porque creo que en un momento tan trascendente para la profesión debo finalizar lo que empecé y dejar la institución en las mejores manos posibles, alejada de conflictos de intereses evidentes.

Por mi parte, os informo mi intención de cerrar esta “guerra” entre fisioterapeutas, “guerra” que ha llegado al punto de plasmarse en amenazas a nuestro personal laboral, en correos electrónicos de muy mal gusto, en duras conversaciones en redes sociales, entre otras cosas, y que por el bien de la profesión, debe acabar aquí.

A partir de ahora, y en lo que a mí respecta, solo escucharéis hablar de Fisioterapia. Mañana os presentaré mi programa, para el que he estado trabajando con mi equipo durante muchos meses con gran ilusión. Programa que estaba deseando poder compartir con vosotros en la campaña electoral que no hemos podido realizar y que, nunca lo dudéis, me hubiera encantado poder llevar a cabo, porque tengo plena confianza en que puedo defender este programa donde sea, como sea y delante de quien sea PORQUE ES PARTE DE MI VIDA. Esto es lo que me hace sentir bien y lo que me consta que realmente le interesa al 99% de los colegiados. A ese 1% restante, que solo busca confrontación, le diré que sigan por su camino, que yo lo haré por el mío, pero que el momento de las amenazas, los insultos y las calumnias ya ha pasado. El que quiera seguir por esa vía me encontrará en el juzgado sin vacilaciones.

Como os dije en una entrada anterior, ‘Es el momento de las ideas’, y para ello me he rodeado de aquellos que creo me pueden aportar las mejores. Pero no solo cuento con las suyas, también me gustaría contar con las vuestras. Es la única manera que encuentro para que avancemos todos juntos.




En este proyecto, y como no podía ser de otra manera, no excluyo a NADIE, los que me conocéis de verdad sabéis que lo digo de todo corazón. La prueba está en que dentro de mi actual equipo y en los anteriores he querido siempre integrar a personas de ideas y pensamientos muy distintos entre sí y también distintos a los míos. El pensamiento único y la falta de autocrítica solo conducen al fracaso y a la mediocridad, y nuestro colegio es una institución de referencia que recibe felicitaciones en todos los foros. Felicitaciones que sabéis os traslado siempre que tenemos ocasión.

Aunque he intentado ser lo más claro posible, supongo que es posible que tengáis alguna pregunta al respecto.  Como siempre, estoy a vuestra disposición, siempre desde el respeto y la educación. Recibid un cordial saludo.

Miguel Villafaina Muñoz

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